Gema, sonreía a medias, cuando le dijo el doctor que ya no pasaría por el quirofano una sexta vez, ya se sentía demasiado manipulada, y ante todo como un conejo de indias, por ese bicho y los médicos con esa circunstancia incertidumbre, pero una tarde, su primo Tony, le regaló una piedra preciosa de nombre como ella, y así fue su talismán, a partir de aquel momento esa enfermedad, ese bicho, se fue de su interior, y esa vida monótona, comenzó a ser de un color transparente, y hace un año, Gemma se licenció en periodismo, pudo superarse, pudo ser distinta, gracias a ese regalo de esa piedra preciosa con su mismo nombre, y la magia comenzó a ser...