En la ciudad de los deseos, Clarissa, paseaba con ese amor, de nombre, Abel, del que se había reencontrado hacia un mes, ella se sentía feliz, porque ese cupo sentimental, ya estaba cubierto, cuanto había cambiado tanto en sólo un año, porque Clarissa, había superado un difícil cáncer de garganta, y tras unas cuantas operaciones hicieron, que definitivamente, les dieran el alta definitiva, por lo tanto, ella quería irse a esa magia, de esa ciudad, de los deseos, y saborear esa bocanada de aire fresco, y la suave caricia, de una esencia maravillada... Feliz tarde amigos de la Asociación, pensar en que todo cambiará a mejor.