En ese abril, Marisa salia de esa nueva sesión de quimio en el trayecto de su enfermedad, de ese cáncer que lo llevaba con esa lucha, porque en su pensar era ganar esa batalla, y tener esa energía suficiente para afrontar otras sesiones, operaciones, análisis, Marisa era esa fortaleza, ese ímpetu, y nunca se sentía sola ante las circunstancias, estaba Victor, su pareja y Berta su hija, eran esos hombros para llevar adelante ese bicho que pronto será algo pasado...Feliz domingo amigos de la Asociación, con esa fortaleza para ser héroes de la vida.