En ese diario de la vida, de su propia enfermedad, que supo llevar con esa entereza, mi primo David, que aunque lucho hasta el final, por ese cáncer, pudo con él, y dejo ese diario que decía tantas cosas, lo estuvo escribiendo el tiempo que estaba con esas sesiones, con los bajones, con la metástasis por todo su cuerpo, cuando ya veía que llegaba su final, un día su diario cayo en mis manos, y mis lágrimas caían por mi rostro, quiero vivir, y no me dejan, quiero comerme el mundo, y está enfermedad se me está llevando, quiero a mi chica, la amo con todas mis fuerzas, y la voy ha dejar, se va ha quedar sin mí, eran palabras y frases que decían tanto, que eran puro escalofrío, era su vida, estaba aferrado a ella, sus lucha, sus ganas de plantarle cara a ese destino, pero no pudo ser, se aferró a lo inevitable, las palabras del médico, las lágrimas de rabia, y David, comenzó a despedirse, a decir adiós, no quería lágrimas, quería su recuerdo como si hubiese ganado la batalla, en nuestro pensamiento, David, era un ejemplo de superación, de fortaleza, que se fue a su mundo, y hoy es nuestra voz de la conciencia...Feliz domingo, amigos de la Asociación, para el recuerdo de esos que se fueron, y para los que están, adelante,