Ernesto, ha demostrado no tener miedo a nada, ni tan siquiera a su propia enfermedad, ha ese cáncer que ha dominado su vida, durante unos cuantos años, ahora se siente más seguro de si mismo, con esa filosofía que tiene de ese mundo, de la lucha con la que se ha enfrentando porque lo ha conseguido superar, Ernesto ahora comienza el primer día de ese destino, su destino, ante la segunda oportunidad que le ha cambiado de alguna manera, que le ha echo ver todo de un color distinto, porque sabe porque camino tomar, las riendas, volverá a sus proyectos, a sus aficiones, y ante todo quiere ser feliz, quiere luchar por si mismo, por esa vitalidad, por lo que le hace sentir de otra manera, bien, reflexivo, con la sonrisa en los labios, porque ya puede sonreír, es lo que le toca por sentir, su propio sentimiento, ahora, Ernesto, ha conocido el amor, el amor, que necesitaba, y ya vuelve a ilusionarse con esos primeros besos, con los abrazos, con los paseos bajo la luna, bajo la lluvia, y da las gracias, por este sendero, su nuevo sendero, sin miedo a nada, a nadie...Feliz martes, amigos de la Asociación, las cosas vuelven a ese punto de partida, si uno se lo propone, la enfermedad, también.
