En aquel taller de arte, Mara hacía sus muñecos, más feliz que de costumbre, había superado ese càncer que le hacía estar más nerviosa, con una incertidumbre, con un miedo interior, por las mañanas en aquellas sesiones de quimio, de radio, de palabras en la consulta del médico, Mara se sentía con un brillo especial en su mirada, había pasado por momentos de oscuridad, de soledad sin soledad, porque a su lado estaba Isidro, su pareja, su hija Andrea, su nieta, Alba, todos estaban a su lado, y en esa primera salida ante ese paseo, por el jardín, y la primera vez tras la operación, con sus compañeras del taller, los abrazos, los besos, la confianza, y el saber que ya estaba completamente Mara curada y ya llegando a su ansiada meta...Feliz sábado amigos de la Asociación, todo volverá a ser sin miedos.