Ramón hacía una vida, como la de cualquier otro, su trabajo de cada día en esa oficina de su banco, los fines de semana solía irse con su pareja, Luz y sus dos hijas, Vanesa y Minia, a la playa, a la montaña, o a vivir simplemente, una tarde le ví salir de ese hospital, y no le dí ninguna importancia, con el tiempo me enteré, de que tenía ese cáncer en su piel, y se estaba tratando a escondidas esa enfermedad, iba a sus sesiones, a sus radios, y cuando estuvo curado, nos lo dijo a los demás, para todos fue una auténtica sorpresa, que nos dejó a todos sorprendidos, lo que importaba es que ya estaba satisfactoriamente bien...Feliz domingo amigos de la Asociación, en ocasiones el secreto mejor guardado es la curación de ese cáncer.