Se llamaba Sabrina, y la conocí con mis diecinueve años, en ese gimnasio de rehabilitación dónde yo bajaba cada día, era muy delgadita, con una enorme simpatía, se daba esas sesiones de quimio, de radio, se sometió a varias operaciones, un accidente le hizo que se rompiese una pierna y por desgracia se le juntó todo, las sesiones, el gimnasio, y su embarazo, parece que en su cuerpo todo se puso de acuerdo, unos meses después tuvo a su hija, sana y salva sin ningún problema, y ese cáncer no avanzó más sino todo lo contrario, Sabrina era una chica muy dinámica, muy expresiva, muy de verdad, cuando terminó sus sesiones, y su rehabilitación se fueron con su marido Nicolás, a otra ciudad, un tiempo después me dio la noticia de que se había recuperado de ese cáncer, cosa que me alegre enormemente...Feliz miércoles amigos de la asociación, sin miedos, con la libertad, de que todo va ha ir saliendo.