Aquellos recuerdos de ese señor Ángel, un señor con una ternura especial, amigo de papá, les recuerdo a los dos, camino de ese casino, cada tarde a jugar la partida, a ver el periódico a charlar, a contar los dos esas anécdotas, ese mundo de los dos, esa vida de otro ayer, el señor Ángel, había sido militar toda su vida, estaba casado con Lina, una mujer con una sensibilidad fuera de lo normal, tenían un hijo, Camilo, un chico con una inteligencia fuera de lo normal, era muy auténtico, con una filosofía especial, aquellos recuerdos de esas tardes en mi casa, todos juntos, el señor Ángel, tenía ese magnetismo para la amistad, para hacer amigos, el día que le dijeron que tenía ese cáncer, y nada se podía hacer, le dije que luchara, que volviera a luchar y a no tirar la toalla, nada pudo hacerse, en unos meses, se fue, todo fue rápido, el señor Ángel, ya no pudo más, hoy quedan esos recuerdos, bajo otro influjo de una luna...Feliz fin de semana, amigos de la asociación, la toalla nunca debe de tirarse, la lucha es lo fundamental para salir hacía una meta.