A Esmeralda la conocí, en ese gimnasio de rehabilitación, se estaba recuperando de una operación de cadera, que le estaba costando lo suyo, a la vez que superaba ese cáncer en su pecho, parecía que todo le pasaba a ella, según decía, pero lo estaba tomando con auténtica filosofía, porque era una persona super-emprendedora, y quería ir paso a paso, con todo lo ocurrido, se sometía a esas sesiones de quimio, de radio, y a pesar de esos bajones, de perder el apetito, de la depre, de la incertidumbre, de las lágrimas, Esmeralda, iba a por todas, de la cadera a duras penas, consiguió recuperarse aunque lentamente, de ese pecho, con la última operación todo fue mucho mejor, los médicos estaban optimistas, uno de los días que me encontré con ella, después de mi alta, me abrazo, me beso, y me dijo que ya estaba curada, era la mejor noticia que los doctores le podían dar, lo fuimos a celebrar, y por fin, Esmeralda, había conseguido esa meta...Feliz inicio de semana, amigos de la asociación, en muchas ocasiones para vosotros, esa fortaleza emocional en una enfermedad lo hace todo.